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jueves, 3 de septiembre de 2015

Locos y locos.

¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme.     2º de Corintios 11:1

Ayer en uno de mis viajes de misión, cuando iba en un camión de esos atestados de personas me tocaron de vecinos unos borrachos que venían en su alegria. Uno de ellos hablando de lo mala que se habia puesto "la cosa" en Cuba hizo un comentario que me llamó la atención. Su tesis era que en su pueblo hace 20 o 30 años habian tres o cuatro "locos" (refiriendose a enfermos mentales), ahora sin embargo habian como doscientos. Las risas se sintieron dentro del colectivo pero me quedé pensando, es cierto. Cuanta insanía hay en nuestras calles.
Como cristiano sentí compasión de esas personas que no han podido soportar la presión de nuestras calles, y andan sucios, barbudos. Los hay Karatecas, filosofos, otros hablan inglés y hasta ruso. Piden de limosna una ayudita para tomar cafe o fumar. Mientras son el hazmereir de las personas que creen que estan mejor.
En un momento me sentí como uno de aquellos "locos" ante el Dios del cielo, sucio, hambriento, limosnero y alrededor el mundo sonriendo y mirandome como raro.
La iglesia tiene poco que ofrecer a esta clase de personas, todos los evitan dan la vuelta y le dejan, Dios me ha hecho notar que esas personas tambien necesitan a Jesús y si al menos su estado de salud no les permite comprender o prestar atención, son merecedores de nuestro respeto, misericordia y compasión.
Como iglesia debemos desarrollar pastorales para este grupo apartado de la sociedad, Dios ha dado dones y ellos son para el servicio y edificacion de su Reino. Un mundo sufre, llora, espera, aun no tenemos el derecho a reir. Salgamos como "locos"  por Jesús y anunciemos su evangelio que salva y redime...
Luego cuando venía de regreso un anciano con un saco, un palo, barbudo, sucio fue mi compañero de viaje, un rato despues en un parque unos muchachos fastidiaban a un joven, sucio, barbudo descalzo y pidiendo limosnas con una lata. Ahora para donde quiera que miro veo a alguien en esta condicion, y me pregunto: ¿Como pude estar tanto tiempo ajeno a esta realidad?

Dios nos habla aún por unos parlanchines borrachos. Jejejeje  😆