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miércoles, 29 de enero de 2025

 

Como tener un pasaporte para acceder al aconsejado.

Ken Sande.

Una historia de dos pastores

Craig estaba bien preparado para enseñar la Palabra de Dios. Estaba comprometido con Cristo, era un hombre con una educación profunda, sólido en su doctrina, muy culto, le encantaba estudiar las Escrituras y podía predicar sermones extraordinarios domingo tras domingo.

También se consideraba un pastor dotado. Le encantaba hablar de teología, debatir cuestiones doctrinales y decirle a la gente cómo aplicar la verdad de la Palabra de Dios a la vida cotidiana. Cuando la gente acudía a él con preguntas o problemas, se enorgullecía de ayudarlos a llegar rápidamente al meollo del asunto identificando los pecados subyacentes en sus vidas y desarrollando planes prácticos para crecer en la piedad.

El problema era que, a medida que pasaba el tiempo, cada vez menos personas acudían a él en busca de consejo pastoral. Se habría sorprendido al saber que, si bien la mayoría de las personas en su iglesia lo respetaban como un predicador talentoso, muchos habían perdido la confianza en que podían acercarse a él con seguridad con preguntas, problemas personales y, especialmente, críticas, sin importar cuán amablemente se las ofreciera. Así que, mientras que el ministerio de púlpito de Craig parecía estar prosperando, su ministerio pastoral se marchitaba día a día.

Jeff, un pastor en otra iglesia, estaba floreciendo tanto en su ministerio de predicación como de pastoreo. Le encantaba profundizar en la Palabra de Dios y preparar lecciones prácticas y sermones, pero también le apasionaba acompañar a su gente, comprender sus luchas y ayudarlos a vivir el evangelio en los asuntos de la vida diaria. Al igual que el apóstol Pablo, tenía un “ministerio de Hechos 20:20 Abrir en el software bíblico Logos (si está disponible)”, enseñando la Palabra de Dios “públicamente y de casa en casa”. Su gente lo amaba, compartía libremente sus luchas, ideas e incluso sus críticas, y juntos crecían en su amor por Dios y su pasión por construir su iglesia.

Craig y Jeff compartían muchas características: excelente educación, teología sólida y pasión por enseñar y predicar. Pero había una gran diferencia entre ellos: mes tras mes, el rebaño de Jeff lo había encontrado siempre accesible, mientras que la congregación de Craig lo veía tan distante y por encima de ellos que dejaron de acudir a él con sus preocupaciones de vida. Craig era un buen predicador, pero no había logrado ganarse el pasaporte relacional necesario para pastorear el rebaño que Dios había confiado a su cuidado.

Innumerables líderes en otros entornos, ya sea el hogar, el ministerio o el lugar de trabajo, caen en este mismo hábito, que destruye su capacidad de liderar y ministrar a otras personas.

Sin pasaporte, no puedes entrar

Un pasaporte es una autorización para ir a algún lugar. No hay lugar más difícil al que acceder que la vida interior y las luchas profundas de otra persona. Si quieres que la gente te dé la bienvenida a su mundo (su mundo real y desordenado, no la fachada sonriente que todos ponemos), debes ganarte un pasaporte relacional.

Para obtener un pasaporte a la vida y las luchas de otras personas, debes relacionarte con ellas de tal manera que respondan “sí” a tres preguntas clave, cada una de las cuales contiene una variedad de subpreguntas que rondan en la mente de las personas:

·         ¿Puedo confiar en ti? ¿Mantendrás la confidencialidad? ¿Perderás el respeto por mí o me juzgarás si te permito ver lo mal que lo he hecho? ¿Serás amable y paciente incluso cuando te exaspere? ¿Me rechazarás si no hago todo bien? ¿Asumirás lo mejor de mí o sacarás conclusiones apresuradas y me culparás de todos mis problemas? ¿Puedo confiarte la “vajilla fina” de mi vida?

·         ¿De verdad te preocupas por mí? ¿Me estás tolerando cortésmente o cumpliendo con una obligación? ¿O realmente quieres ayudarme? ¿Por qué? ¿Cómo podría alguien amar a una persona con esos problemas? ¿Te tomarás el tiempo de escucharme? ¿Te importas lo suficiente como para superar mis defensas externas y tomarte el tiempo de ayudarme a resolver el lío enredado de mi corazón? ¿Me amarás como lo hace Jesús, incluso cuando no soy muy amable?

·         ¿De verdad puedes ayudarme? ¿Eres competente para lidiar con mis problemas? ¿Cómo te va con tus propios desafíos y luchas? ¿Tienes un historial de solucionar con éxito este tipo de problemas? ¿Qué tipo de formación o experiencia tienes? Si este problema está más allá de nosotros dos, ¿tienes la humildad y la sabiduría para ayudarme a encontrar a otra persona que tenga la experiencia que necesito? Cada vez que un líder se relaciona con las personas, está construyendo o destruyendo un pasaporte.

Utilice una historia de consejería como ilustración de un sermón sin ocultar por completo la identidad de los aconsejados y habrá perdido la confianza de toda una congregación. Si hace referencia con humor burlón a una carta de un miembro, le habrá indicado a todo su rebaño que no comparta sus preocupaciones con usted. Si ignora a una persona que claramente está tratando de captar su atención, es posible que no se comunique con usted una segunda vez. Si saca conclusiones apresuradas sobre las razones de las dificultades de alguien, la conversación terminará rápidamente.

Si da consejos apresurados o superficiales, su gente mirará a otro lado. La próxima vez, adónde irá. Pero si usted se toma el tiempo para llenarse del amor de Cristo y aprende a mirar a su gente con sus ojos y cuidarlos con su corazón, ellos le concederán acceso a las regiones más profundas de sus vidas, abriendo oportunidades para un rico ministerio pastoral.

Las características de un líder accesible

Una de las maneras más efectivas de construir un pasaporte con su gente es cultivar deliberada y persistentemente la imagen de ser un “líder accesible”. Un líder accesible hace que las personas se sientan seguras; saben que son bienvenidas a acudir a usted con preguntas, inquietudes o incluso críticas. Para ganar esta imagen y reputación, un líder necesita alejar deliberadamente a los “asesinos de pasaportes” y cultivar actitudes y hábitos relacionales que alienten a las personas a abrirse y acercarse.

1.     Mantenga una “pendiente de autoridad gentil”.

La Biblia enseña que Dios ha establecido acuerdos de autoridad en la familia, la iglesia, el lugar de trabajo y en el gobierno civil para mantener la paz y el orden. Sin embargo, como advirtió Jesús en Marcos 10:42-45, el pecado a menudo tienta a los líderes a “enseñorearse” de los demás al enfatizar demasiado su propia autoridad y la responsabilidad de los demás de ser sumisos. Como enseña Jesús, la mejor manera de protegerse contra esta tendencia es cultivar la actitud de un siervo, viéndose a uno mismo como inferior en lugar de superior a los demás (vv. 43-45). A medida que los líderes siervos cultivan la actitud cristiana descrita en pasajes como Filipenses 2:1-11, pueden reemplazar la “pendiente empinada” del autoritarismo con una “pendiente de autoridad suave” que es fácil de subir para las personas y las invita a llevar preguntas, preocupaciones y correcciones a un líder en lugar de dejar que algo se agrave.

 

2.    Combatir el orgullo y cultivar la verdadera humildad.

Los líderes a menudo tienen más capacitación y experiencia que otras personas. Esta fortaleza puede convertirse fácilmente en debilidad si un líder permite que el orgullo produzca una actitud superior que rechaza sin pensar las ideas, los consejos o la corrección. Como escribe Andrew Murray: “Toda falta de amor, toda indiferencia hacia las necesidades, los sentimientos y la debilidad de los demás; todos los juicios y expresiones bruscas y apresuradas, tan a menudo excusadas bajo el pretexto de ser francos y honestos; todas las manifestaciones de mal genio, susceptibilidad e irritación; todos los sentimientos de amargura y distanciamiento, tienen su raíz en nada más que el orgullo, que siempre se busca a sí mismo”.[1]

Muchos líderes ocultan una actitud orgullosa bajo una conducta de humildad, que no es lo mismo que la humildad real. Una de las muchas evidencias de la humildad real es la inclinación a “considerar a los demás como superiores a uno mismo”, lo que resulta en valorar los pensamientos e intereses de los demás tan altamente como los propios (Fil. 2:3-4). Una evidencia estrechamente relacionada con la humildad es aceptar sinceramente la crítica y la corrección, sin importar quién traiga la “observación” (Prov. 13:10, 17:10).

Por lo tanto, los líderes sabios meditan y oran regularmente sobre los pasajes de las Escrituras sobre “orgullo y humildad” (ver Prov. 11:2 19:20; Isa. 66:3; 1 Ped. 5:5-6), pidiendo a Dios que los ayude a dejar de lado la confianza en sí mismos, el orgullo y todo atisbo de arrogancia, y a revestirse de una humildad que genuinamente acepte preguntas, sugerencias, críticas y cualquier otra cosa que pueda ayudarnos en el proceso de presentarnos ante Dios como vasos vacíos, para que podamos depender completamente de Él y sentirnos realizados en Él, lo cual es la esencia de la verdadera humildad.[2]

3.  Cultivar un corazón de pastor.  

El gran ajetreo de la iglesia o del ministerio puede hacer que los líderes se distraigan o se vuelvan distantes, lo que enviará la señal de que las personas con problemas deben mantener su distancia. Por lo tanto, los líderes espirituales deben orar constantemente para que Dios les dé el corazón de un pastor, que se describe hermosamente en pasajes como Isaías 40:11: “Como pastor apacienta su rebaño; en sus brazos recoge los corderos y los lleva cerca de su corazón; pastorea con ternura a las recién paridas” (ver también Mateo 18:12-14).

Este tipo de comportamiento genera confianza, promete seguridad e invita a las personas a acercarse con sus preguntas e inquietudes, en lugar de esconderlas o transmitir sus quejas a los demás. Una forma en la que trato de aplicar este concepto cuando me relaciono con las personas bajo mi cuidado es orar: “Señor, ayúdame a servir a fulana de tal manera que cuando lea Isaías 40:11 dentro de un mes, diga: “Así me trató Ken cuando fui a él con mi preocupación”.[3]

4.    Protéjase de las dinámicas institucionales que pueden socavar la accesibilidad.

Hay varias dinámicas en algunas culturas de iglesias y denominaciones que pueden agravar la tendencia de un pastor a ser inaccesible. Una cultura que tiene un fuerte énfasis en la teología y la doctrina puede producir líderes “relacionalmente desafiados” que prefieren preparar sermones en lugar de interactuar con la gente (que es una tendencia en mi propia denominación).

La accesibilidad también puede verse socavada por una cultura o política que minimiza la influencia congregacional (“Nosotros lideramos, ustedes implementan”) o no proporciona una rendición de cuentas significativa más allá de un liderazgo muy unido, Círculo de liderazgo en la iglesia local. Tales culturas pueden producir fácilmente líderes que no están dispuestos a recibir ideas y sugerencias de los laicos, admitir áreas de debilidad o falta de competencia, o estar abiertos a buscar consejo fuera del círculo de liderazgo.

De manera similar, una política que fomenta las maniobras políticas entre camarillas en competencia generalmente producirá líderes que son cautelosos en sus relaciones. Ninguno de estos factores produce inevitablemente un liderazgo inaccesible o deficiente.[4]

Los líderes humildes y espiritualmente maduros (como Jeff en mi ilustración inicial) pueden contrarrestar cada una de estas dinámicas institucionales, pero solo si son conscientes de estos obstáculos y están constantemente alertas contra la forma en que pueden socavar la accesibilidad.

5.    Vea al pueblo de Dios como él lo ve.

Uno de los antídotos más eficaces contra las actitudes personales o institucionales que socavan la accesibilidad es cultivar el hábito de ver a los miembros de su iglesia como Dios los ve: como personas creadas “a imagen de Dios” (Gén. 1:27), como “pueblo escogido de Dios, santo y amado” (Col. 3:12), como “real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” (1 Ped. 2:9), como personas que han sido “llenas de toda sabiduría e inteligencia” (Efesios 1:8), que están llenas del Espíritu Santo (1 Cor. 6:19) y son “competentes para instruirse unos a otros” y “para juzgar… las cosas de esta vida” (Rom. 15:14; 1 Cor. 6:3).

Cuando los líderes recuerdan que este tipo de frases descriptivas se aplican a todos los santos, no solo a los líderes ordenados, estarán más inclinados a recibir con humildad las preguntas, sugerencias e incluso la corrección de cualquiera en quien habite el Espíritu de Jesús.

6.  Envíe señales convincentes de que tiene tiempo para las personas.

A pesar de lo ocupado que estaba, Jesús tenía la notable capacidad de enviar señales constantes de que tenía tiempo para las personas. La mujer samaritana, el joven rico, Nicodemo, María y Marta… todos ellos sintieron que podían pedirle su tiempo y no ser ignorados porque estaba demasiado ocupado para ellos.

Hay muchas maneras de enviar este tipo de señales. Las garantías explícitas de interés y disponibilidad deben reforzarse con una actitud tranquila, un lenguaje corporal relajado, haciendo preguntas y escuchando pacientemente las respuestas, y a veces sacando el teléfono celular y pidiéndole a la secretaria que reprograme una cita “porque ha surgido algo importante”.

7.    Sea transparente.

Las personas suelen ser reacias a compartir sus problemas con líderes que parecen tener sus vidas tan resueltas que no serían capaces de relacionarse con alguien que está luchando con la incertidumbre, el fracaso o el pecado. Pero cuando un líder imita a personas como el apóstol Pablo (ver Romanos 7:7-25; 1 Timoteo 1:15-17), y habla abiertamente de sus propias debilidades y luchas, y de la gracia redentora de Dios, su rebaño puede acercarse a él como un hermano que comprenderá y tendrá compasión de aquellos que están recorriendo un camino similar.

8.  Capte las pistas.

Las personas con problemas suelen dudar en exponer todas sus preocupaciones de una sola vez. En cambio, dejarán caer pistas sobre un problema y esperarán a ver cómo respondes. Si pasas por alto sus palabras, se retraerán en sí mismas y buscarán en otra parte un oído atento. Pero si muestras preocupación incluso por el más mínimo indicio de angustia (“¿Cómo estás hoy?” “Oh, he estado mejor”, “¿Qué pasa?” “Oh, no es gran cosa, solo algunos problemas con los niños” “Oye, yo también soy padre y sé que eso puede ser un gran problema. ¿Puedo invitarte a una taza de café para que me lo cuentes?”), las personas pueden dejarte saber los problemas centrales de sus vidas (“Bueno, anoche mi hijo me hizo enojar tanto que le dije que no podía esperar a que se graduara y se fuera de casa. No volvió a casa de la escuela hoy y no sabemos dónde está”). Reconocer una pequeña pista puede llevar a un ministerio que cambie la vida.

9.  Vea lo bueno en los demás (aunque parezca que lo malo lo supera).

Las personas con problemas o quejas son naturalmente defensivas y, a veces, ofensivas. Mientras se sientan vulnerables a las críticas, sus muros seguirán levantados. Una de las mejores maneras de aliviar la tensión o el miedo es llamar la atención sobre las evidencias de la gracia de Dios en la vida de otra persona, incluso cuando también sea evidente un pecado grave. Aquí nuevamente el apóstol Pablo da un ejemplo magnífico. Sabiendo que debía traer corrección a la increíblemente desorganizada iglesia de Corinto, comienza su primera carta con estas asombrosas palabras: “Siempre doy gracias a Dios por ustedes, por su gracia que les fue dada en Cristo Jesús. Porque en él han sido enriquecidos en todo sentido, en toda su palabra y en todo su conocimiento, porque nuestro testimonio acerca de Cristo fue confirmado en ustedes. Por tanto, no os falta ningún don espiritual en la espera ansiosa de la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, que os llamó a la comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor” (1 Co. 1:4-9; cf. Flp. 4:8-9).

Cuando las personas saben por experiencia Si los líderes tienen la experiencia de que prefieren y disfrutan de centrarse en la gracia de Dios en sus vidas, estarán más dispuestos a descorrer el velo sobre las áreas que necesitan más de esa gracia.

10. Escuche atentamente antes de pasar a resolver un problema.

Las personas a menudo saben lo que deben hacer para resolver un problema, pero a veces aún necesitan exponer la situación ante alguien que las escuche con compasión y las haga sentir que las han escuchado y comprendido. Por lo tanto, es mucho más probable que las personas se abran a un líder que ha desarrollado la disciplina de escuchar con paciencia y profundidad, y ofrecer soluciones solo después de que otros hayan compartido todo lo que quieren revelar y estén listos para explorar soluciones (ver Proverbios 18:13).

11. Sea rápido para confesar los pecados, ya sean grandes o pequeños.

Cuando las personas confrontan a un líder con un error o pecado que es vergonzoso o parece insignificante, la actitud defensiva natural a menudo tentará al líder a minimizar el error o justificarlo. Un líder inseguro puede incluso desviar la atención hacia una actitud o percepción inapropiada en el acusador (“¿Qué está pasando en tu corazón que te hace encontrar falta en mí?”). Este tipo de respuesta provocará un debate o sofocará la discusión, lo que confirmará que es una pérdida de tiempo acercarse a ese líder. Por lo tanto, un líder sabio escuchará pacientemente las quejas, orará por la ayuda de Dios para discernir cualquier verdad en ellas, aunque sea solo un grano, y luego modelará humildad al confesar sinceramente ese error y agradecer al hermano o hermana por llamárselo a la atención (ver Mateo 7:3- 4; Proverbios 15:32, 17:10; ver el artículo “La cruz y la crítica”).

12. Sea lento para enfrentar el pecado en los demás.

Cuando las personas están confundidas, sufriendo, insatisfechas o sienten que han sido agraviadas, a menudo han contribuido a su problema de alguna manera; Es igualmente probable que hablen pecaminosamente mientras descargan sus quejas a los demás. A menos que haya un claro peligro de daño irreparable, suele ser útil darles tiempo ininterrumpido para que expresen sus pensamientos y sentimientos abiertamente, incluso si están contaminados por el pecado, de modo que usted pueda discernir con precisión los problemas que los agobian.

Una vez que haya demostrado su preocupación y compasión al escuchar con paciencia, las personas generalmente estarán más abiertas a escuchar palabras de consejo o corrección (ver Juan 4:1-30).

13. Hágase verdaderamente responsable ante los demás.

Si las personas creen que tendrán que convencerlo por sí solas de que está equivocado en algo, es posible que ni siquiera intenten hablar con usted, especialmente si tiene buenas habilidades verbales. Pero si saben que usted es responsable ante otros líderes de la iglesia, a quienes se puede llamar para que ayuden a resolver problemas no resueltos, la mayoría de las personas estarán más inclinadas a intentar hablar con usted sobre puntos de preocupación o desacuerdo. Por lo tanto, un líder sabio hará un esfuerzo serio para demostrar que él o ella es genuinamente responsable ante otros líderes que tienen la fuerza y ​​la voluntad de tratar con franqueza y profundidad los problemas cuestionables en su vida (vea el artículo complementario, “Rendición de cuentas: la marca de un líder sabio y protegido”).

Hágase un “examen de accesibilidad” Incluso cuando los líderes sinceramente quieren ser accesibles, a menudo son ciegos a las formas en que alejan a las personas. (¡Esto es ciertamente cierto en mi caso!) Si tiene el coraje de aprender cuán accesible es, hay varias pruebas que puede realizar.

Primero, lea este artículo una segunda vez y pídale a Dios que lo ayude a evaluarse a sí mismo en cada una de las características enumeradas.

En segundo lugar, entregue a su cónyuge y a sus hijos una copia de este artículo y pídales que le den retroalimentación sobre cada una de las cualidades mencionadas anteriormente. Anímelos a que le den ejemplos específicos de sus fortalezas o debilidades en cada área.

En tercer lugar, reúnase con su equipo de liderazgo y evalúe su cultura institucional, preguntándose si alguna de las dinámicas políticas o culturales descritas anteriormente puede estar socavando su accesibilidad. Luego evalúense como individuos y como equipo, dando agradecimientos por los buenos ejemplos de accesibilidad y confesando áreas de debilidad.

En cuarto lugar, tenga el coraje de ir más allá de su círculo íntimo y pida la opinión de las personas que tienen el coraje de decirle cosas que usted tal vez no quiera escuchar, como el maestro de la escuela dominical que siempre cuestiona sus ideas, o el miembro que ha estado tranquilo desde aquella reunión en su oficina hace unos meses. (Cada vez que he hecho este ejercicio yo mismo, me he convencido de que los demás no me ven tan accesible como imagino que me ven.)[5]

En quinto lugar, si usted (ya sea individualmente o como equipo de liderazgo) desea una retroalimentación verdaderamente franca y desinhibida, proporcione una manera para que las personas le comuniquen sus pensamientos sin temor a ser reprochado o marginado más tarde por decir algo que puede que no le guste escuchar. Una forma de hacer esto es encargar a uno o dos miembros de confianza uniforme en su iglesia o ministerio que se reúnan con una variedad de Escuche a las personas y escuche sus comentarios sinceros sobre su accesibilidad, con la seguridad de que sus comentarios se le presentarán como un todo en lugar de identificarse con individuos específicos.

Aunque este enfoque no alcanza el ideal de una comunicación individual directa, sigue un principio bíblico bien establecido de tener mediadores que difuminan los encuentros intimidantes (Éx. 20:18-19; 1 Sam. 19:1-6; 1 Tim. 2:5) y, por lo general, brindará información mucho más sólida, específica y confiable al no poner a las personas en una posición amenazante.

Por último, pídale a Dios que lo ayude a tomar en serio las ideas y los consejos de los demás. Confiese fallas específicas a las personas a las que ha ofendido. Si Dios le abre los ojos a un patrón de debilidades que han afectado a muchas personas, pídale que le dé la humildad y el coraje para confesárselo a todo ese grupo. Si esto requiere confesarse ante una congregación entera, puede hacerlo como parte de un sermón sobre “La gracia de Cristo: accesibilidad” (que es una cualidad que todo cristiano debe cultivar, especialmente si está en una posición de autoridad, ya sea en la familia, la iglesia o el lugar de trabajo).

Convertirse en un líder accesible y ganarse el pasaporte para entrar en la vida de los demás no es una tarea fácil. Las mismas cualidades que hacen que los demás reconozcan a una persona como líder también pueden dar como resultado una imagen o conducta que los mantiene cerrados y distantes. Nadie tenía más probabilidades de tener esa aura que Jesús. Sin embargo, su humildad, amor y deseo de conectarse íntimamente con los demás eran tan fuertes que las personas se sentían constantemente atraídas a la seguridad de su presencia y deseaban que entrara profundamente en sus vidas. Si usted es un líder, lo animo a que haga de la gracia de Dios su búsqueda de por vida y desarrolle esta misma accesibilidad en su vida.

Mejore sus habilidades relacionales

Si desea mejorar aún más sus habilidades relacionales, lo aliento a que aproveche nuestro curso interactivo en línea, Descubriendo la sabiduría relacional 2.0, que está disponible para estudio individual o grupal mediante una computadora, tableta o teléfono inteligente. ¿Por qué no hacerlo con todo su equipo de liderazgo?

Esta capacitación está diseñada para mejorar su capacidad de desarrollar relaciones auténticas y duraderas, así como su capacidad de prevenir y resolver conflictos. Estos principios tienen el potencial de impactar cada área de su vida, incluido su matrimonio, la crianza de los hijos, las amistades, el liderazgo de la iglesia, el avance profesional y, lo más importante, su testimonio de Cristo.

Esta capacitación también está disponible en un seminario en vivo de un día que toda su congregación puede disfrutar.

– Ken Sande

Vea un artículo complementario: Accountability: The

Mark of a Wise and Protected Leader



[1]  Humility, Andrew Murray (Wilder Publications, Radford, VA, 2008), p. 13

[2]  Uno de los mejores libros que he leído sobre el cultivo de la humildad es Humility, Andrew Murray (Wilder Publications, Radford, VA, 2008).

[3]  [3] Para obtener excelentes perspectivas sobre el concepto bíblico del liderazgo de los pastores, recomiendo encarecidamente While Shepherds Watch Their Flocks, de Tim Laniak (ShepherdLeader Publications, 2007).

[4] [4] Como escribió sabiamente Ed Clowney: “Son mucho mejores las estructuras imperfectas en manos de siervos devotos de Cristo que la forma más bíblica de gobierno de la iglesia practicada con orgullo o con un espíritu vengativo y sin amor”. (La Iglesia, InterVarsity Press, Downers Grove, Il, 1995, p. 202)

[5] Puede comenzar este proceso con un correo electrónico como este: “Estimado ___, me gustaría que me ayudara a obtener una evaluación precisa de cuán “accesible” soy para otras personas. Por lo tanto, le agradecería que me hiciera el gran favor de leer el artículo adjunto y darme su opinión sincera sobre cuán accesible soy a sus ojos. Puede hacerlo de cualquier manera que le resulte cómoda, ya sea ofreciendo algunas observaciones generales o evaluándome a la luz de alguna o todas las características descritas en el artículo adjunto. Sería especialmente útil si pudiera proporcionar ejemplos específicos que ilustren mis fortalezas o debilidades en cualquiera de estas áreas. Sinceramente quiero volverme más accesible para los demás, por lo que cuanto más sinceros y específicos sean sus comentarios, mejor. ¡Gracias!”

domingo, 3 de marzo de 2019

Habacuc cap1 Martin Lloyd Jones

CAPITULO I   EL EXTRAÑO PROCEDER DE DIOS

Habacuc 1:1-11

El mensaje de Habacuc es muy necesario en estos días en que tantas personas están perplejas ante el problema de la Historia. Por lo tanto, comenzamos con la afirmación de los hechos:

I. LAS FORMAS DE ACTUAR DE DIOS SON CON FRECUENCIA MISTERIOSAS
a) Su Inactividad
Lo primero que descubrimos cuando estudiamos las acciones de Dios, es que pareciera estar en silencio e inactivo en circunstancias provocativas. ¿Porque permite Dios que ocurran ciertas cosas? ¿Por qué la Iglesia cristiana está hoy en esta condición? Observemos su historia en los últimos cuarenta o cincuenta años. ¿Por qué ha permitido Dios estas condiciones? ¿Por qué ha permitido el surgimiento del modernismo con su efecto negativo sobre la fe, y aun negando sus verdades fundamentales? ¿Por qué no aplasta y da muerte a estas personas que profieren sus blasfemias y sus negaciones de la fe cuando debieran estar proclamándola? ¿Por qué permite que se hagan tantos males en su nombre? Por otra parte, ¿por qué no ha respondido Dios a las oraciones de su pueblo fiel? Hemos estado orando por un avivamiento por muchos años. Nuestras oraciones han sido sinceras y celosas. Hemos lamentado el estado de cosas y hemos clamado a Dios. Sin embargo, parece que nada ocurre. Al igual que Habacuc, muchos se preguntan: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvaras?” Este no es solo el problema que acosa a la Iglesia en general, sino también la preocupación que enfrentan muchos en forma personal. Hay quienes han estado orando por un ser querido por muchos años, y Dios parece no responder. Razonan dentro de sí de esta manera: ¿No es acaso la voluntad de Dios que se salve? He estado orando por esta persona por todos estos años y parece que nada ocurre. ¿Por qué? ¿Por qué permanece Dios en el silencio? Muchas veces esta impaciencia se apodera de los creyentes. ¿Por qué no contesta Dios nuestras oraciones? ¿Cómo podemos comprender que un Dios santo permita que su Iglesia este como lo está hoy?
b) Sus Providencias Inesperadas
La siguiente cosa que descubrimos, es que a veces Dios responde a nuestras oraciones en forma inesperada.
Esto, más que nada, fue lo que espantó a Habacuc. Por un largo tiempo, Dios parece no responder en absoluto. Luego, cuando contesta, lo que dice aparenta ser más misterioso aun que su aparente negación a escuchar nuestros ruegos. Habacuc tenia bien claro en su mente que lo que hacía falta era que Dios castigara a la nación y que luego enviara un gran avivamiento.
Cuando Dios le dijo que iba a levantar al ejercito caldeo para arrasar y destruir las ciudades de Israel, esto fue sin duda lo último que hubiera imaginado Habacuc.
Sin embargo, esto fue lo que Dios le dijo y más aún, fue lo que en efecto ocurrió.
Juan Newton escribió una poesía que describe una experiencia personal similar. El sentía que quería algo mejor en su vida espiritual. Clamaba por un conocimiento más profundo de Dios. El esperaba tener una maravillosa visión de Dios rompiendo los cielos y descendiendo para derramar la bendición en su vida. Sin embargo, en lugar de esto, Newton tuvo una experiencia durante la cual, por varios meses, parecía que Dios le había abandonado en las manos de Satanás: Fue tentado y probado más allá de su comprensión. Finalmente llego a entender y vio que esa era la manera en que Dios respondió a su oración. Dios había permitido que descendiera hasta lo profundo para enseñarle a depender enteramente de Él. Cuando Newton aprendió esta lección, Dios le sacó de la prueba.
Todos tenemos la tendencia de indicarle a Dios como debe responder a nuestras oraciones. Pensamos que Dios solo puede actuar de una manera, pero las Escrituras
nos enseñan que a veces Dios nos responde permitiendo que la situación se empeore antes de que pueda mejorar. En algunas oportunidades hace exactamente lo opuesto de lo que nosotros anticipamos. Quizás nos llegue a abrumar enfrentándonos con un ejército caldeo. Un principio fundamental en la vida y el andar de fe, es que debemos siempre estar preparados para lo inesperado, cuando estamos en relación con Dios.
Me pregunto a veces que hubieran pensado nuestros antepasados si hubieran tenido una visión de la condición en que llegaría a estar la Iglesia. Aun en su tiempo, no estaban del todo felices con la condición de la Iglesia, pues celebraban reuniones para buscar a Dios y rogar por un avivamiento. Si pudieran ver la Iglesia en el día de hoy, se rehusarían a creerlo. Jamás podrían haber imaginado que la Iglesia podía llegar a un nivel tan bajo. Sin embargo, Dios lo ha permitido. Es una respuesta inesperada, pero debemos aferramos a la esperanza de que Él ha permitido que las cosas empeoren, para que finalmente mejoren.

c) Sus Instrumentos Inusitados
La tercera característica sorprendente del proceder de Dios es que a veces utiliza instrumentos extraños para corregir a su Iglesia y a su pueblo. De todos los pueblos contemporáneos de Israel, los caldeos serian los que Dios habría de utilizar para su castigo. ¡Tal hecho parecía inconcebible! Pero nuevamente nos encontramos ante un hecho que se evidencia a través de todas las Escrituras. Si Dios lo desea, puede también utilizar a un caldeo impío. En el curso de la Historia vemos que ha utilizado toda suerte de instrumentos insólitos para llevar a cabo sus propósitos. Este es un factor de relevancia en nuestros días, pues parece ser, de acuerdo a la Biblia, que mucho de lo que está aconteciendo ahora en el mundo debe ser reconsiderado bajo esta luz. Podríamos dar un paso más, y decir positivamente que el comunismo, que es tan temido por tantos cristianos, no es más que un instrumento que Dios está utilizando en su proceder para con su pueblo.
La importancia de todo esto descansa en el hecho de que, si no observamos estas cosas correctamente, nuestras oraciones estarán mal concebidas y mal dirigidas.
Debemos tomar conciencia del real estado de la Iglesia y reconocer su iniquidad. Debemos comprender que las fuerzas que hoy más antagonizan con la Iglesia, sean posiblemente utilizadas por Dios para su propio propósito. La sencilla enseñanza de Habacuc es que Dios puede utilizar instrumentos muy extraños, y en algunos casos, uno que jamás hubiéramos considerado.

2. LAS FORMAS DE ACTUAR DE DIOS SON, CON FRECUENCIA, MAL ENTENDIDAS
a) Por personas religiosas pero negligentes
Las acciones de Dios con frecuencia dejan perplejos y sorprenden a más de una clase de personas. Son, en primer lugar, una gran sorpresa para los más negligentes entre los religiosos. En Habacuc 1:5 Dios se refiere a los impíos de Israel, a aquellos que se habían tornado negligentes y descuidados. “Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contara, no lo creeréis”. La actitud del pueblo fue: Este profeta nos quiere decir que Dios va a utilizar a los caldeos. ¡Como si Dios pudiera hacer algo semejante! No lo escuchen; no hay peligro alguno. Estos profetas siempre son alarmistas y nos amenazan con calamidades. ¡Quien jamás va a pensar que Dios puede levantar a un pueblo como los caldeos para castigar a Israel! ¡Es absolutamente imposible! El gran problema de Israel es que nunca quiso oír a sus profetas. Sin embargo, Dios procedió con su pueblo tal cual lo había dicho.
La actitud que encontramos en Israel es tan vieja como el diluvio. Dios advirtió al mundo antiguo acerca del juicio por medio de Noé. “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre” (Gn. 6:6). Los hombres se mofaron y dijeron que tal cosa era monstruosa, y que no podía ocurrir. Lo mismo ocurrió con Sodoma y Gomorra. Personas complacientes jamás podían creer que sus ciudades serian destruidas. Decían que Dios habría de intervenir antes de que tal cosa aconteciera, y permanecieron en su indolencia en la esperanza que Dios les libraría sin muchos problemas.
En el tiempo de Habacuc, la actitud era la misma. A pesar de lo que el pueblo pensaba, Dios levantó a los caldeos, e Israel fue atacado y conquistado. La nación fue aplastada y llevada en cautiverio.
La ilustración más notable de este principio, está registrada en Hechos 13:41, donde el apóstol Pablo cita Habacuc 1:5 y lo aplica a sus contemporáneos. En efecto declara: Ustedes no van a creer, como tampoco lo hicieron sus padres, pero, así como Israel no ha reconocido a su Mesías, sino que lo ha crucificado, y ahora persiste en no creer su evangelio, Dios va a obrar finalmente en un juicio. Él va a levantar el imperio romano para saquear y destruir su templo, y ustedes mismos van a ser desparramados entre las naciones. Se que no creerán esto, pues el profeta Habacuc ya lo ha profetizado y ustedes persisten en ignorar este mensaje.
El año 70 d.C. llego inexorablemente, y las legiones romanas rodearon a Jerusalén y la destruyeron y los judíos fueron esparcidos entre las naciones donde permanecen hasta el día de hoy. Es verdad que las personas religiosas negligentes, nunca creen a los profetas. Siempre dicen: ¡Dios no va a hacer tal cosa! Yo les estoy recordando que Dios sí hace tales cosas. Dios puede estar utilizando al comunismo en nuestro tiempo para castigar a su propio pueblo y enseñarles una lección. No sigamos entonces en una actitud de indolencia y despreocupación, diciendo que es inconcebible que Dios utilice tal instrumento. No debemos permitir que se nos arrullen como a los que habitan confiados en Sion y fracasan en discernir las señales de los tiempos.

b) Por el Mundo
En segundo lugar, las acciones de Dios causan sorpresa al mundo. “Luego pasará como el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios” (Hab. 1:11).
Los caldeos no comprendieron que estaban siendo utilizados por Dios y atribuyeron todo su éxito a su propio dios. Pensaban que debían su victoria a su propia hazaña militar, y se jactaban del hecho. Estos arrogantes poderes que han sido utilizados por Dios para el cumplimiento de sus propósitos a través de la Historia, siempre se han jactado de sus logros. El orgullo del mundo moderno en su progreso científico y en sus sistemas políticos es un típico ejemplo. Al ver los enemigos de la fe cristiana que la Iglesia languidece, y que ellos están ascendiendo, atribuyen los éxitos “a su dios”. No llegan a comprender el verdadero significado de la Historia. Grandes poderes se han levantado y han dominado por un tiempo, pero siempre se han embriagado con sus propios éxitos. Repentinamente, cuando menos lo esperaban, se encontraron a sí mismos derribados. El verdadero significado de la Historia jamás amanece en sus discernimientos.

c) Por el Propio Profeta
Finalmente, el proceder de Dios fue desconcertante para el mismo profeta, pero su reacción fue muy distinta. Su pregunta se relacionaba con la manera en que todo esto estaría reconciliado con la santidad de Dios. Exclama: “¿Hasta cuando, oh Jehová, clamare, y no oirás y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvaras? ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, pleito y contienda se levantan”.

5. EL PROCEDER DE DIOS ENCUENTRA RESPUESTA EN PRINCIPIOS BIBLICOS
A manera de respuesta a este problema de la Historia, será suficiente establecer los siguientes principios bíblicos:

a) La Historia está bajo el Control Divino
“Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa”. Dios no solo controla a Israel, sino también a sus enemigos, los caldeos. Toda nación de la tierra está bajo la mano de Dios, pues no hay poder en este mundo que no esté en última instancia controlado por El. Las cosas no son lo que aparentan. Los caldeos pensaban que su astuta proeza militar los había conducido al dominio, pero no fue así, porque fue Dios quien los levantó. Dios es el Dios de la Historia. Está sentado en los cielos y “las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas” (Is. 40: 15). La Biblia afirma que Dios está sobre todo. El comenzó el proceso histórico, lo está controlando, y lo va a concluir. Nunca debemos perder de vista este hecho crucial.

b) La Historia sigue un Plan Divino
Las cosas no ocurren al azar. Los acontecimientos no son accidentales, pues existe un definido plan de Historia, y toda ha estado pre-dispuesto desde el principio.
Dios, quien ve el fin desde el principio, tiene en todo un propósito y conoce “los tiempos y las sazones” (Hch. 1:7). Él sabe cuándo bendecir a Israel y cuando no bendecirle. Todo está debajo de su mano. Dios envió a su Hijo, “cuando vino el cumplimiento de los tiempos” (Ga. 4:4). Permitió que los grandes filósofos, con su claridad de pensamiento, vinieran primero. Luego surgieron los romanos, celebres por su gobierno ordenado, la construcción de caminos y su maravilloso sistema legal que influenció a todo el mundo. Fue después de esto que Dios envió a su Hijo. Dios lo había planeado todo.
Existe un propósito en la Historia, y lo que ahora está ocurriendo en el siglo XX no es accidental. Recordando que la Iglesia está en el centro del plan de Dios, jamás lleguemos a olvidar el orgullo y la arrogancia de la Iglesia en el siglo XIX. Observémosla descansando con autosatisfacción, disfrutando sus así llamados “sermones culturales” y sabihondos ministerios, sintiendo vergüenza de mencionar palabras tales como “conversión” y “obra del Espíritu”. Observemos su prosperidad y como disfrutaban cómodamente de su culto. Notemos su fe en la ciencia y su alegre disposición de sustituir filosofía por revelación. ¡Con cuanta frecuencia se negó al mismo espíritu del Nuevo Testamento! Si, la Iglesia necesitaba el castigo, y no es nada difícil entender al siglo XX cuando consideramos la historia del siglo XIX. En efecto, en todas estas cosas hay un plan discernible.

c) La Historia sigue un Cronograma Divino
Dios no se detiene a consultarnos y todo acontece de acuerdo al “designio de su voluntad” (Ef. 1:11). Dios tiene su tiempo; tiene su propia manera de hacer las cosas, y actúa de conformidad con ellos.

d) La Historia está Ligada al Reino Divino
La clave de la Historia del mundo, es el Reino de Dios. La historia de las otras naciones mencionadas en el Antiguo Testamento, es de relevancia solo cuando está asociada con el destino de Israel. En última instancia, la Historia hoy, solo es de importancia en la medida de su relación con la Iglesia Cristiana. Lo que realmente importa en el mundo, es el Reino de Dios.
Desde el principio, desde la caída del hombre, Dios ha estado obrando para establecer un nuevo Reino en el mundo. Es su propio Reino, y está llamando a personas para que salgan del mundo y entren en ese Reino. Todo lo que acontece en el mundo está relacionado con este, su propósito central. Todavía está en su proceso de formación, pero finalmente llegará a su perfecta consumación. Otros eventos cobran importancia en la medida en que estén asociados con este evento.
Los problemas de hoy solo se han de entender a la luz de este propósito. Lo que Dios está permitiendo en la Iglesia y en el mundo hoy, está relacionado con su gran propósito para su Iglesia y su Reino.
Por lo tanto, no tropecemos cuando vemos que ocurren cosas sorprendentes en el mundo. Más bien, hagamos la siguiente pregunta: ¿Cuál es la relación de este evento con el Reino de Dios? De igual manera, si nos ocurren cosas extrañas en la esfera personal, no nos quejemos, sino que digamos: ¿Que me está enseñando Dios por medio de esto? ¿Que hay en mí que necesita ser corregido? ¿Dónde he procedido mal? ¿Por qué está permitiendo Dios estas cosas? Sin duda que en todo hay un significado si tan solo podemos llegar a verlo. No es necesario turbarse y dudar del amor y la justicia de Dios. Si Dios contestara algunas de nuestras oraciones enseguida, y a nuestra manera, seríamos cristianos muy empobrecidos. Afortunadamente, Dios a veces demora su respuesta a fin de proceder a la eliminación de nuestro egoísmo u otras cosas que no debieran estar en nosotros. Tiene interés en nosotros, y se propone equiparnos para un lugar de mayor plenitud
en su Reino. Debemos entonces juzgar cada evento a la luz del grande, eterno y glorioso propósito de Dios.

viernes, 15 de septiembre de 2017

Resumen de "He aqui el Estantandar" Greg L. Bahnsen

El enfoque teonómico y pro-nomiano que hemos aceptado en este libro para abordar las cuestiones normativas acerca de la vida Cristiana y la Ley del Antiguo Testamento Se pueden resumir convenientemente en las diez tesis siguientes:

1. Desde la Caída, ha sido siempre ilícito utilizar la Ley de Dios con la esperanza de establecer el mérito propio y nuestra justificación personal, como substituto o como complementario a la salvación por medio de la promesa y la fe; el compromiso a la obediencia es solo el estilo de vida de la fe, una muestra de gratitud por la gracia redentora de Dios.

2. La Palabra del Señor es el único estándar, supremo, e irritable para las acciones y actitudes de todos los hombres en todas las áreas de la vida; esta Palabra incluye naturalmente los directivos (la Ley) morales de Dios.

3. Nuestra obligación de guardar la Ley de Dios no puede ser juzgada por ningún principio exta-biblico, tal como si sus requisitos específicos (correctamente interpretados) son congeniales a las tradiciones pasada; o a los sentimientos y practicas modernas.

4. Debemos suponer que las leyes permanente 1del Antiguo Testamento siguen siendo moralmente validas en el Nuevo Testamento, a no ser que sean rescindidas o modificadas por otra revelación. 

5. Referente a la Ley del Antiguo Testamento, el Nuevo Pacto supera al Viejo Pacto en gloria, poder, y finalidad (reforzando así los deberes previos). El Nuevo Pacto también re-emplaza las sombras del Viejo Pacto, y así cambia la aplicación de los principios sacrificiales, de pureza, y "separación," redefiniendo al pueblo de Dios, y alterando el significado de la tierra prometida. 

6. Las leyes permanentes reveladas de Dios son un reflejo de Su carácter moral inmutable, y como tal, son absolutas en el sentido de que son no-arbitrarias, objetivas, universales, y establecidas con anterioridad a las circunstancias particulares (y por lo tanto aplicables a tipos generales de situaciones morales). 

7. La participación cristiana en la política demanda la aceptación de la Ley trascendente, absoluta, revelada de Dios como un estándar con el cual juzgar todos los códigos sociales. 

8. Los magistrados civiles de todas las edades y lugares están obligados a comportarse en sus oficios como servidores de Dios, vengando la ira divina contra los criminales y dando cuenta de su servicio en el Día Final ante el Rey de reyes, su Creador y Juez.

9. La continuidad general que asumimos con respecto a los principios morales del Antiguo Testamento se aplica tan legítimamente a los asuntos de la ética socio-política como a la ética personal, familiar, o eclesiástica. 

10. Los preceptos civiles del Antiguo Testamento (las leyes "judiciales" permanentes) son un estándar de justicia social perfecta para todas las culturas, aun en el castigo de los criminales. Estas proposiciones destacan los elementos esenciales y las características distintivas de la posición elaborado en este libro.

Concluimos de nuestras premisas previas que los gobernantes son moralmente responsables de obedecer los principios revelados de la justicia social en la Ley del Antiguo Testamento en el ejercicio de sus oficios. A la luz de las tesis precedentes, la conclusión aquí propuesta no parece después de todo tan controversial. Es perfectamente razonable desde el punto de vista cristiano. Además, esa conclusión tiene muchísimo valor práctico en nuestra época. No es una coincidencia que los grandes problemas socio-políticos y criminales a fines del Siglo XX tengan que ver con asuntos sobre los que nuestra sociedad ha rechazado los preceptos específicos de la Ley de Dios. Se ha ensenado el humanismo en nuestras escuelas y en los medios de comunicación; se lo ha puesto en práctica en la economía, la medicina, la política, y en nuestras cortes. Los resultados han sido un desastre social. Se trata la vida humana como si fuese insignificante. La pureza sexual es un concepto anticuado. La verdad y la honestidad no tienen casi lugar en el “mundillo verdadero" del comercio o la política. Los ofensores y los crímenes asiduos que se dejan sin castigar desmerecen el sistema de justicia penal. Se necesita desesperadamente una reforma penal. En breve, el humanismo ha probado su ineficacia caso tras caso. ¿A dónde podemos recurrir en busca de la sabiduría socio―política que pueda contrarrestar eficazmente la degeneración y la desintegración de nuestra cultura? La única respuesta aceptable será recurrir a los preceptos de Dios para la justicia social, y estos se encuentran (en su mayoría) en los mandamientos al Israel del Antiguo Testamento como nación, una nación que enfrentaba los mismos problemas morales acerca de la vida, el sexo, la propiedad, y la verdad que enfrentan todas las naciones, incluso la nuestra. Los cristianos que afirman que nuestros principios éticos se limitan al Nuevo Testamento no pueden hacer frente con consistencia a la totalidad de los problemas morales de nuestros días. Preguntémosle si es inmoral en la actualidad tener relaciones sexuales con animales. Se horrorizaran al considerarlo, pero no encontraran nada que lo prohíba en las Escrituras del Nuevo Testamento. A lo unas, podrán decir que la "fornicación” es condenada, lo cual solamente apoya lo que negaban originalmente ― es decir, que la moralidad del Nuevo Testamento es idéntica con los principios del Antiguo Testamento (en tal caso la "fornicación" se aplica a los mismos actos prohibidos en las dos dispensaciones). Preguntémosle si es inmoral en la actualidad que una mujer se case con su padre. Es posible que digan si, pero no encontraran ese caso específico de incesto tratado en las Escrituras del Nuevo Testamento. Preguntémosle si la violación es un crimen castigable. Una vez más, ninguna directriz neo testamentario la cubre. Preguntémosle lo que debiera ser el castigo justo para la violación. No hay respuesta neo testamentaria. Preguntémosle si pueden mostrar que el homicidio debiera ser un crimen capital hoy en día. Una vez más ellos no encontraran una respuesta neotestamentańa específica a la pregunta, a pesar de la realidad de que muchos creyentes conservadores asumen que la hay.  Es evidente que es fatal decir que uno apoya solo la "ética del Nuevo Testamento," pero casi imposible mantener esa posición sistemática y consistentemente. En realidad, los cristianos descubren que no es una política factible, y se apartan de esa posición cuando les resulta conveniente o necesario hacerlo. Pero eso abre solamente la puerta a la arbitrariedad.

HE AQUÍ EL ESTANDAR La Autoridad de la Ley de Dios para Hoy (Greg L. Bahnsen.

1"Leyes permanentes" aquí se refiere a las directrices de una política aplicables en todo tiempo a clases de individuos (por ejemplo, no mataras; hijos, obedeced vuestros padres; comerciantes, tened medidas justas; magistrados, ajusticien a los violadores), a diferencia de las directrices particulares para un individuo (por ejemplo, la orden para que Samuel ungiese a David en un tiempo y lugar particular) o los mandamientos positivas para distintos incidente; (por ejemplo, la orden de Dios a Israel de exterminar ciertas tribus exterminar en un cierto momento en la historia.

viernes, 25 de diciembre de 2015

Ruperto y las decepciones del 2015.


Hace exactamente dos años escribí un artículo sobre “Leleco” contaba sobre la extendida tradición de quemar en el día 31 de Diciembre un muñeco con el nombre del “personaje famoso” del momento. El pasado año en medio de la euforia debido a las aparentes reanudaciones de relaciones EEUU- Cuba, hubo pocos muñecos quemados y había algarabía y esperanza en los cubanos, no escribí nada pues el rostro de mis coterráneos había roto el esquema de tantos decenios, era cruel romper su ilusión... Tal vez ya no quemarían a nadie más, tal vez ahora pasaríamos los fines de año disfrutando como celebra el mundo, champagne, luces, regalos navideños, aguinaldos, algunos hasta soñaban con grandes casinos, muchos americanos y los cubanos nadando en la prosperidad. Ya eso se ha ido pasando y los cubanos nuevamente se han sumido en la decepción y el hastío.
Los que miramos detenidamente el ajedrez político mundial vimos claramente que era solamente ruido y pocas nueces. Son dos maneras muy diferentes de irrespetar a los gobernados, se hace imposible de conciliar dos poderes absolutos tan distintos, uno desde el poder económico y el acomodamiento, el otro desde la sumisión y la miseria. ¡Sería fácil adivinar qué pasaría al encuentro de una oveja y un lobo, pero entre dos lobos…!
Este fin de año le tocó a “Ruperto” el gracioso personaje que estuvo inconsciente desde los 80 y que camina dos pasos adelante y uno atrás, que quiere comprar hoy con 60 pesos lo que no compraría con 6000, que no entiende el precio de la electricidad, que los homosexuales ya no están enfermos, que no ve los artistas de su tiempo, ni los deportistas, que está aprendiendo a usar “Balas trazadoras o salvas” de acuerdo a la moneda a usar. En fin en su fantástica imaginación este personaje no entiende como todo se ha deteriorado.
Cubanos todos de cualquier rincón. ¿Cómo no entender que los gobiernos juegan con nuestras emociones? No hay justicia fuera de Dios y su palabra. ¿Por qué buscar esperanzas en la criatura y no en el creador? Él nos diseñó y escribió en nuestros corazones un “extracto de su Ley”  en su lugar nosotros cambiamos y creamos nuestra propia ley, dos guerras mundiales, una a las puertas, hambre, dictaduras, masacres, ricos muy ricos, pobres muy pobres ha sido la cosecha de nuestra obstinación. Incluso a su hijo Cristo clavamos en una cruz como un monumento a nuestra rebeldía e independencia.
Pero Dios en su maravilloso plan había predeterminado cada suceso para enviar salvación a través de Cristo. Quien cree y le es imputada su justicia tiene su nombre escrito en el libro de la vida.
El último muñeco va a ser quemado y será Ud. mismo, por causa de su oposición a Dios y su Palabra Ley. Aproveche esta oportunidad para pedir a Dios reconciliación por medio de la Cruz de Cristo. Evite escuchar estas palabras …Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.  Mateo 25; 41. 

Y amigos… les aseguro que ese día los decepcionados estarán a pu lu lu. 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Locos y locos.

¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme.     2º de Corintios 11:1

Ayer en uno de mis viajes de misión, cuando iba en un camión de esos atestados de personas me tocaron de vecinos unos borrachos que venían en su alegria. Uno de ellos hablando de lo mala que se habia puesto "la cosa" en Cuba hizo un comentario que me llamó la atención. Su tesis era que en su pueblo hace 20 o 30 años habian tres o cuatro "locos" (refiriendose a enfermos mentales), ahora sin embargo habian como doscientos. Las risas se sintieron dentro del colectivo pero me quedé pensando, es cierto. Cuanta insanía hay en nuestras calles.
Como cristiano sentí compasión de esas personas que no han podido soportar la presión de nuestras calles, y andan sucios, barbudos. Los hay Karatecas, filosofos, otros hablan inglés y hasta ruso. Piden de limosna una ayudita para tomar cafe o fumar. Mientras son el hazmereir de las personas que creen que estan mejor.
En un momento me sentí como uno de aquellos "locos" ante el Dios del cielo, sucio, hambriento, limosnero y alrededor el mundo sonriendo y mirandome como raro.
La iglesia tiene poco que ofrecer a esta clase de personas, todos los evitan dan la vuelta y le dejan, Dios me ha hecho notar que esas personas tambien necesitan a Jesús y si al menos su estado de salud no les permite comprender o prestar atención, son merecedores de nuestro respeto, misericordia y compasión.
Como iglesia debemos desarrollar pastorales para este grupo apartado de la sociedad, Dios ha dado dones y ellos son para el servicio y edificacion de su Reino. Un mundo sufre, llora, espera, aun no tenemos el derecho a reir. Salgamos como "locos"  por Jesús y anunciemos su evangelio que salva y redime...
Luego cuando venía de regreso un anciano con un saco, un palo, barbudo, sucio fue mi compañero de viaje, un rato despues en un parque unos muchachos fastidiaban a un joven, sucio, barbudo descalzo y pidiendo limosnas con una lata. Ahora para donde quiera que miro veo a alguien en esta condicion, y me pregunto: ¿Como pude estar tanto tiempo ajeno a esta realidad?

Dios nos habla aún por unos parlanchines borrachos. Jejejeje  😆

miércoles, 15 de julio de 2015

Amor o tolerancia

“La vocación histórica del Cristianismo no será cumplida satisfactoriamente allí donde los hombres se contenten con mantenerse firmes en la fe, con la liberación de sus almas del mundo, sino solo allí donde el conocimiento o ciencia cristiana sea considerada como la vocación de la Iglesia”      Dorner.       (Tomado del Progreso de Dogma de James Orr. Pág. 48.
En estos tiempos de profunda relatividad y “tolerancia” es muy difícil encontrar cristianos que defiendan su fe de los ataques, paganos, posmodernos, liberales, heréticos… que surgen dentro de la misma Iglesia. Todo es dejado en el área del “amor” y la diversidad.
Me asombra como nuestros padres reformadores no dejaron siquiera una palabra que pudiera permitir la entrada de la herejía, sino que de manera bien escrupulosa determinaron el peso de cada declaración y palabra a usar.
La Iglesia Latinoamericana cargada de “Apóstoles” “Sanadores” “Especialistas en Marketing” “Brujos” “Hechiceros” “Adivinos” “Profetas” necesita desesperadamente releer a los héroes de la fe. Nuevos Luteros y Calvinos tendrán que renacer; que despierten el debate en la Iglesia, la inconformidad y hagan a nuestras comunidades transitar por las sendas antiguas.
Únete cristiano Latino a esta cruzada roja, rojita… pero exponiendo la sangre de Cristo y su obra expiatoria.
Tenemos gobiernos que cambiar, escuelas que reorientar, arte que conquistar, todo con el poder del evangelio de la Cruz.
Quiera el Señor usar esta masa de talentos y dones engañados en las garras de la “tolerancia” y el “Falso Amor” y usarlos para su Gloria y para la explosión de evangelismo más grande de la historia.
Pbro. Joyce Álvarez León.
Iglesia Presbiteriana Bíblica y Reformada. Cuba.

martes, 14 de julio de 2015

Meditacion # 1

Cortinas de humo.   (Salmo 126)

Hay momentos en nuestra vida de fe que no encontramos nada claro, pareciera que cada vez que siembras un arbol alguna bota lo estropea y muere. Satanas se convierte en el centro de los pensamientos y nos atrae la idea de renegar y morir. (job....) son momentos oscuros para el alma y de no ser por la gracia preservadora de Dios sufriríamos las consecuencias de nuestras tontas determinaciones.
Pero el Dios que no descansa ni aparta su vista, solamente nos ha llevado por el camino en el que nuestra comunión será fortalecida, nuevas experiencias con el poder de Dios energizarán nuestra debilitada fe.
A Filadelfia el Señor le dice "...retén lo que tienes para que ninguno tome tu corona" (Apoc. 3: 11) son textos para tener en cuenta en estas circunstancias.
Son solo cortinas de humo, no nos permiten ver claro, pero delante de nosotros hay un horizonte de nuevas oportunidades y comienzos. El Dios del cielo trabaja con materiales moldeables y necesitan fuego para ser bien fundidos y formados.
Dejemos de pensar con nuestros limitados recursos, soñemos con lo que Dios promete, hagámoslo real ahora mismo. Vivamos con la expectativa del cielo aun aqui en la fierra. (Salmo 126.)

Pbro. Joyce Alvarez Leon. (Meditacion # 1)
Iglesia Presbiteriana Bíblica y Reformada "La Providencia" Cuba.